Lorena, quien pidió que usáramos solo su primer nombre para evitar posibles represalias de parte de su ex empleador, reportaba regularmente cualquier problema que veía, como falta de agua o sombra, y, a lo largo de los años, sufría repetidas represalias, las cuales finalmente la obligaron a dejar su carrera en 2021.
Como Lorena explicó a Crosscut, el calor es más extremo cada año, pero la mayor parte de los cambios en las condiciones de trabajo parecen destinados “para el bien de la fruta, no para el bien de los trabajadores agrícolas”.
Los trabajadores agrícolas figuran entre los más vulnerables a las enfermedades producidas por el calor, y, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, mueren de golpes de calor a una tasa casi 20 veces superior al resto de los trabajadores civiles en EE. UU.
En julio de 2021, el mismo verano en que dos trabajadores agrícolas, Florencio Gueta Vargas en Toppenish y Sebastián Francisco Pérez en el valle del Willamette de Oregon, murieron durante olas de calor sin precedentes, el Departamento de Labor e Industrias de Washington emitió una orden urgente de protección contra el calor que imponía requisitos de acceso a agua adicional y periodos de descanso cuando las temperaturas alcanzan altos niveles en los campos y otros sitios de trabajo.
Nuevas reglas de protección contra el calor propuestas establecerían un umbral más bajo de 80 grados Fahrenheit todo el año para imponer estas prácticas, además de un “sistema de compañeros” en que los trabajadores se vigilarían los unos a los otros para detectar los signos de enfermedades producidas por el calor. Las reglas se aplicarían a cualquier empleador con trabajadores en un “ambiente exterior”, desde recolectores de fruta hasta trabajadores de construcción o meseros que trabajan en la terraza de un restaurante. Los funcionarios estatales piensan implementar las nuevas reglas permanentes tan pronto como este mes.
Propietarios de empresas agrícolas y defensores de los trabajadores por igual han expresado sus preocupaciones por quién tendrá que asumir la responsabilidad de monitorear las condiciones de trabajo. Los comentarios escritos del reciente proceso de elaboración de normas revelan que muchos productores consideran que las nuevas reglas son vagas y costosas. Los defensores de los trabajadores argumentan que el sistema de compañeros carga a los trabajadores con la responsabilidad de estar atentos a otra persona a la vez que velan por su propia salud en los campos.
“Resulta peligroso hacer que alguien que ya está trabajando activamente sea responsable también de monitorear”, dijo Elizabeth Strater, directora de campañas estratégicas de la Unión de Campesinos. “Es frustrante para los defensores, es mortal para los trabajadores y, logísticamente, es difícil también para Labor e Industrias”.
Establecer nuevas reglas para el calor
Trabajadores de la categoría de agricultura, silvicultura, pesca y caza presentaron más reclamos de compensación por enfermedades producidas por el calor que ninguna otra categoría en 2021, según registros obtenidos de Labor e Industrias. De 27 reclamos presentados en todo el estado, solo 12 fueron aceptados. Para que un reclamo se acepte, el departamento aclaró que debe “presentarse oportunamente, cumplir con la definición legal de una lesión y tener una relación causal”. En 2021, Labor e Industrias recibió 156 reclamos relacionados con el calor de todas las industrias, de los cuales aceptó 82.
Un funcionario de archivos de Labor e Industrias señaló que esas cifras no incluyen reclamos presentados por empleadores autoasegurados, que abarcan aproximadamente el 30 % de los empleados, lo que significa que el departamento “podría no captar un número importante de casos de enfermedades producidas por el calor”.
La portavoz de Labor e Industrias Dina Lorraine escribió en un correo electrónico que el departamento realiza inspecciones de cumplimiento con las normas relacionadas con el calor regularmente y también cuando recibe quejas. Los inspectores tienen seis meses para completar una investigación. Los resultados van desde no encontrar incumplimientos hasta imponer contravenciones y multas. Y el departamento estableció en 2021 una unidad de cumplimiento de normas agrícolas que supervisa casi todas las actividades de aplicación de normas agrícolas en el estado.
“Tomamos muy en serio nuestra misión de mantener a Washington seguro y trabajando”, escribió Lorraine. “Los inspectores de Labor e Industrias están en el campo todos los días, en todas partes de Washington, realizando inspecciones preventivas rutinarias y respondiendo a quejas relativas a la seguridad y la salud en el trabajo”.
Lorraine indicó además que la unidad de cumplimiento no había emitido ninguna contravención por incumplimiento con las normas relativas al calor en lo que iba del año, pero que le impuso una multa de $1,800 a Central Wine Grape Management en Quincy el otoño pasado por no proveer sombra suficiente para un grupo de trabajadores agrícolas.
La orden urgente de protección contra el calor de Labor e Industrias incluye periodos de descanso obligatorios de 10 minutos cada dos horas cuando la temperatura alcanza los 89 grados Fahrenheit. Requiere además que los empleadores ofrezcan agua de beber “adecuadamente fría” a los trabajadores en todo momento y que provean acceso a sombra en todo momento que estén presentes los trabajadores.
Las reglas propuestas fijarían normas para los empleadores acerca de descansos para permitir que los trabajadores se adapten a los picos de temperatura, áreas de descanso con sombra, ropa apropiada y otras prácticas una vez que la temperatura alcanza los 80 grados. Los empleadores tendrían que establecer planes para observar los signos de enfermedades producidas por el calor y proveer información acerca de la protección contra el calor en diferentes idiomas.
Líderes industriales y empleadores se opusieron a las propuestas durante el proceso de elaboración de normas de la primavera pasada. El Washington Farm Bureau escribió que Labor e Industrias está asignando una “responsabilidad excesiva” al empleador, y que está “sobreestimando los beneficios de la nueva regla y subestimando el costo”.
La Building Association Industry of Washington argumentó también que las ambigüedades de las reglas propuestas podrían “permitir descansos ilimitados para cualquier empleado con la amenaza de una multa por discriminación o represalias contra un empleador que ponga en duda la validez de descansos preventivos excesivos”.
Defensores de los trabajadores dijeron a Crosscut que la forma en que Labor e Industrias aplica las normas relativas al calor es demasiado reactiva, y que muchas veces las medidas se toman después de que un trabajador sufre una enfermedad grave o muere. Representantes de Columbia Legal Services, una agencia de Seattle, escribieron en sus comentarios acerca de las reglas propuestas que quisieran ver mayor especificidad con respecto a la temperatura del agua de beber, los requisitos de sombra, la aclimatación y la responsabilidad del empleador al imponer el sistema de compañeros.
“La vaguedad en el lenguaje crea reglas que, o no se pueden imponer en ningún caso, porque los funcionarios de audiencias o jueces serían incapaces de determinar si se ha producido un incumplimiento, o que se pueden imponer solo en retrospectiva”, indica la carta de CLS, que agrega que “Labor e Industrias no puede permitir que las muertes o enfermedades de trabajadores sirvan de medida retroactiva de la eficacia de una intervención”.
El Washington State Labor Council, que representa 600 sindicatos afiliados de todo el estado, hizo eco de estas preocupaciones en su carta, señalando además que Labor e Industrias no ofrece protecciones para denunciantes en su actual proceso de elaboración de normas.
Argumentó además que los datos que Labor e Industrias utilizó para fijar el umbral de los 80 grados como temperatura peligrosa son anticuados, y que deberían usar el umbral de las fuerzas armadas de EE. UU. de 75 grados Fahrenheit, porque “las condiciones de trabajo de los civiles de Washington no deberían ser más severas que las condiciones de entrenamiento de soldados en las fuerzas armadas”.
Algunos grupos de Washington, como Familias Unidos por la Justicia, también exigen que los empleadores apliquen el pago por peligrosidad a partir de los 80 grados, y, si la temperatura alcanza los 90 grados o más, que suspendan todo el trabajo de campo con paga.
Preocupaciones por el sistema de compañeros
Los defensores han expresado también serias preocupaciones por la implementación oficial de un “sistema de compañeros”, que Labor e Industrias describe formalmente como “un sistema en que individuos son asignados a parejas o grupos de trabajo para que cada empleado pueda ser observado por al menos un otro miembro del grupo para monitorear y reportar signos y síntomas de enfermedades producidas por el calor”.
El sistema de compañeros fue presentado al nivel federal por la primera vez por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional, no como una norma o un reglamento, sino como una sugerencia para los empleadores. El gobierno federal no ha establecido otra norma nacional de protección contra el calor, dejando que Washington y otros estados fijen sus propias reglas.
Strater, de la Unión de Campesinos, y otros defensores argumentaron que los funcionarios estatales no deberían esperar que los trabajadores asumieran la responsabilidad adicional de monitorearse los unos a los otros durante los picos de temperatura, cuando ellos también pueden estar a riesgo o su capacidad de evaluar las condiciones peligrosas puede estar comprometida.
“Sabemos que uno de los primeros síntomas de una enfermedad grave es que comienzas a tener problemas cognitivos, lo que significa que tu juicio está afectado”, dijo Strater. “Y es que ahora, tienes alguien que estaba realizando un trabajo extremadamente agotador y físicamente exigente en temperaturas de 100 grados y, en poco tiempo, su juicio estará afectado en comparación con el comienzo del turno”.
Para trabajadores como Lorena, quien ya estaba usando el sistema de compañeros en los campos, el miedo a las represalias también puede restarle eficacia a cualquier enfoque que dependa de que los trabajadores presenten quejas contra sus empleadores. Strater dijo que muchos trabajadores consideran que el hecho de que su nombre aparezca en una queja podría poner a riesgo su vivienda provista por el empleador, o, para portadores de la visa H-2A, su situación migratoria.
El Washington State Labor Council advirtió además que los empleadores podrían utilizar el sistema de compañeros para culpar a los trabajadores por incumplimientos de las normas de protección contra el calor.
“Transferir las responsabilidades de seguridad y salud en el trabajo del empleador a los empleados es inadmisible y hay que evitarlo”, escribió el Council. “Los empleados, algunos de los cuales cobran por unidad y se les paga en base a la cantidad y la rapidez de su trabajo, y no necesariamente hablan el mismo idioma que el empleador, no pueden asumir la exclusiva responsabilidad de observar y reportar los síntomas [de enfermedades producidas por el calor] de sus compañeros”.
Algunos empleadores, incluyendo agencias gubernamentales, presentaron comentarios en que argumentaban que no sabían cómo iban a implementar un sistema de compañeros para empleados que trabajan solos, como trabajadores de servicios públicos que a menudo viajan a lugares remotes. Y otros comentarios indicaban que podría ser difícil emparejar a trabajadores de distintas agencias para responder a emergencias como incendios forestales.
Funcionarios de Labor e Industrias respondieron que los empleadores deben garantizar en último término que el sistema que utilizan para monitorear a los trabajadores sea eficaz e incluya protocolos de emergencia apropiados para responder a las enfermedades producidas por el calor.
“El ‘sistema de compañeros’ es una de varias opciones para que los empleadores observen atentamente a los empleados para detectar signos y síntomas de enfermedades producidas por el calor, lo cual es importante para ayudar a detectar rápidamente los síntomas y buscar atención médica”, Labor e Industrias dijo a Crosscut. “Las otras opciones sirven para situaciones en que los empleados trabajan solos”.
El trabajo se calienta
Justicia Campesina, una organización nacional que aboga por los trabajadores migrantes, advirtió a Labor e Industrias que existe un informe de la Unión de Científicos Conscientes que proyecta que el número de días por año en Washington con un índice de calor superior a los 90 grados puede aumentar de cuatro a hasta 17 en las próximas décadas. Funcionarios pueden esperar que las olas de calor y los incendios forestales se conviertan en una amenaza frecuente para los trabajadores.
“Conforme el cambio climático aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, la necesidad de fortalecer la regla actual en materia de protecciones contra el calor de Washington se torna más urgente”, decía la carta.
Datos de Labor e Industrias indican que los reclamos por enfermedades producidas por el calor en el estado han ido en aumento desde 2013, subiendo de unos 50 a 70 en años anteriores a más de 100 en años recientes. Los trabajadores agrícolas, bomberos y trabajadores de construcción fueron los que más reclamos presentaron.
Pese a los desacuerdos acerca de las reglas propuestas, Washington se ha adelantado al gobierno federal al dictar una orden permanente de protección contra el calor.
Juley Fulcher, una defensora de la salud y seguridad de los trabajadores con Public Citizen, explicó que el proceso de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) es particularmente largo, y que puede tomar hasta ocho años proponer una sola regla. La agencia está solo a la mitad del proceso, y todavía tiene que realizar una evaluación con la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa y un último periodo de comentarios públicos.
Fulcher dijo que una vez que OSHA emita una decisión, puede ser una herramienta especialmente significativa, porque el hecho de existir una orden a nivel nacional establecería claras protecciones independientemente de la influencia de un empleador individual sobre sus trabajadores.
Lorraine de Labor e Industrias dijo a Crosscut que el departamento todavía está revisando los comentarios sobre las reglas propuestas, y que los utilizará para finalizar el lenguaje permanente. Cualquier cambio al lenguaje final de las reglas se publicará, y Labor e Industrias puede modificar las reglas permanentes a través de procesos adicionales de revisión si resulta necesario.
Labor e Industrias también ha iniciado un periodo de audiencias públicas para un proceso de elaboración de normas separado para establecer protecciones permanentes para trabajadores que trabajan al exterior en contextos de incendio forestal, con una fecha límite del 4 de agosto para comentarios públicos.
Lorena dijo que resulta difícil predecir qué diferencias las nuevas reglas pueden hacer, hasta que los trabajadores finalmente vean cómo son implementadas y aplicadas.
“Tendremos que esperar a ver si se sentirá realmente en los campos”, dijo, “si va a funcionar esta vez”.
Kenneth Barger tradujo este artículo al español.