El gobernador Jay Inslee ha establecido el nuevo programa de ayuda financiera con el apoyo de una coalición de muchas organizaciones de defensa de los derechos de los migrantes que incluye OneAmerica, la Red de Solidaridad de Inmigrantes en Washington y la Washington Dream Coalition.
“Contribuimos a un sistema del cual no obtenemos ninguna ayuda. Merecemos un apoyo. Además, estamos en la línea del frente de esta pandemia”, explicó María, defensora de los derechos de los migrantes y limpiadora indocumentada que vive en Tri-Cities y que pidió que no publicáramos su apellido.
Para calificar para recibir ayuda, los trabajadores indocumentados deben haber perdido ingresos debido a la pandemia y no pueden tener acceso a la ayuda federal, tal como la compensación adicional de desempleo por la pandemia o el cheque de estímulo.
El fondo servirá para ayudar a migrantes como María, 54 años, quien vive en Pasco con su esposo, un conductor de tractor. La pareja debe meses de renta atrasada luego de haber enfermado los dos de COVID-19. María, que gana $13,50 por hora limpiando habitaciones de hotel, dio positiva por el virus en julio, después de varios meses sin trabajar porque el hotel en que trabajaba antes ya no tenía el trabajo suficiente para ella. María sospecha que sus compañeros de trabajo le transmitieron el virus.
“El patrón les puso más importancia a los beneficios que a nuestra salud y permitió que trabajadores que tenían COVID-19 regresaran al trabajo, exponiéndonos a todos, y yo me contagié del virus”, dijo en una nota de prensa de los defensores del fondo.
Le preocupa el invierno que viene, cuando habrá menos trabajo para su esposo en el campo. Él padece de diabetes, colesterol elevado e hipertensión, así que el virus lo afectó más severamente, dijo María en una reciente entrevista.
Le preocupa además la forma en que las personas latinx han sido afectadas desproporcionadamente por el virus. En el estado de Washington, las personas latinx representan solo el 13% de la población total pero el 43% de los casos diagnosticados de COVID-19.
“Tenemos que asegurarnos de que nadie en nuestro estado se quede atrás mientras luchamos contra esta pandemia”, dijo Inslee en un comunicado para anunciar el fondo. “A COVID-19 no le importa cuál es su estado migratorio. Debemos apoyar a todas las familias afectadas por el virus, especialmente aquellas que carecen de los medios necesarios para ponerse en cuarentena o aislarse y prevenir una mayor propagación”.
A diferencia de otras personas, los migrantes indocumentados no califican para la compensación de desempleo. Y los migrantes que no tienen permiso de trabajo tampoco recibieron los pagos directos de hasta $1200 que el gobierno federal distribuyó al comienzo de la pandemia como parte del paquete de asistencia por desastre de $2 billones, inclusive si habían pagado los impuestos federales sobre la renta y sus cónyuges o hijos eran ciudadanos norteamericanos. Las dificultades económicas que viven los migrantes de bajos ingresos a menudo se ven exacerbadas por una falta de ahorros y de seguro médico.
Entre 10,5 y 12 millones de migrantes indocumentados viven en los Estados Unidos, según el Brookings Institution, incluyendo unos 250.000 que viven en el estado de Washington.
Paúl Quiñonez Figueroa, organizador con Washington Dream Coalition, una organización dirigida por jóvenes y dedicada a los derechos de los migrantes, espera que el nuevo fondo se distribuya equitativamente en las distintas regiones del estado, esperanza que comparte con otros organizadores como él. Quiñonez, 25 años, dijo que los dirigentes han hablado de distribuir los $40 millones en forma de pagos únicos de hasta $1.000 por persona. Una fundación u organización sin fines de lucro externa se encargará de la distribución. Se espera que las solicitudes para el dinero se abran en el otoño.
Quiñonez y otros miembros de la Washington Dream Coalition han establecido su propio fondo de emergencia comunitario para ayudar a los migrantes indocumentados durante la pandemia. Este fondo se fundó en colaboración con Scholarship Junkies, el Proyecto para los Derechos del Inmigrante y la Red de Solidaridad de Inmigrantes en Washington, entre otros. Los organizadores han recaudado aproximadamente $6 millones hasta la fecha.
Quiñonez dijo que, aunque los primeros solicitantes eran latinx en su mayoría, información sobre el fondo de asistencia ahora ha llegado a otras comunidades migrantes de la región.
Hace algunos meses, el Departamento de Servicios Sociales y de Salud del Estado de Washington estableció un programa de ayuda económica urgente para ayudar a cubrir las necesidades inmediatas de ciertas personas y familias, independientemente de su condición migratoria. El monto máximo que una persona puede recibir es $363.
Los defensores de migrantes saben que los $40 millones en ayuda que el estado planea ofrecer se agotarán rápidamente, y quieren que el gobernador y la legislatura establezcan un programa de asistencia de desempleo permanente para los trabajadores indocumentados. Según informes del Pew Research Center, la tasa de desempleo entre latinos aumentó de 4.8% en febrero a un pico de 18.5% en abril, para luego descender a 14.5% en junio.
Washington ha imitado el ejemplo de California al crear el fondo de $40 millones. En abril, Gavin Newsom, el gobernador de California, anunció un fondo de asistencia de $125 millones sin precedentes para los trabajadores indocumentados afectados por la pandemia.
Dirigentes locales de distintas partes del país también han ofrecido otras formas de asistencia. El alcalde de Minneapolis estableció un fondo de $5 millones para las personas afectadas por COVID-19 y que ganan el 30% o menos de los ingresos medianos del área, independientemente de su situación migratoria. El dinero se distribuye directamente a los propietarios de vivienda y las compañías de servicios públicos.
En el área de Seattle, United Way of King County, en colaboración con el condado de King, la ciudad de Seattle y la Seattle Foundation, anunció en abril un fondo de $5 millones en ayuda con la renta para hogares que han perdido ingresos debido a la pandemia. Para calificar, los solicitantes deben ganar menos del 50% de los ingresos medianos del área. Se aceptan solicitudes de personas indocumentadas.
La alcaldesa Jenny Durkan también ofreció apoyo a las pequeñas empresas, permitiendo que los solicitantes utilizaran un número de identificación del contribuyente para la solicitud. En abril, la ciudad anunció los beneficiarios de las subvenciones de $10.000. Casi el 80% de las 250 empresas que recibieron ayuda son dirigidas por personas que se identifican como personas de color, según una nota de prensa de la alcaldía. En junio, 143 empresas más recibieron subvenciones, de las cuales casi el 75% eran dirigidas por personas de color.
Mike Faulk, el subdirector de comunicaciones de Inslee, dijo que la moratoria de desalojos vigente en Washington se aplica a cualquier persona que no pueda pagar la renta a tiempo, sin importar su condición migratoria. La moratoria se extendió recientemente y seguirá en vigor hasta el 15 de octubre.
La senadora estatal Rebecca Saldaña, D-Seattle, dijo que apoya el nuevo fondo, pero agregó que resulta difícil encontrar el dinero cuando la legislatura no está en sesión. Aunque sabe que $40 millones no son suficientes para ayudar a todos los necesitados, se siente satisfecha con la ayuda inicial que el gobernador ha ofrecido, explicó. Y espera que los dirigentes locales consigan fondos adicionales del sector filantrópico, y que el gobierno federal ofrezca asistencia adicional para los estados.
Además de crear el fondo, Saldaña dijo que el estado debe prestar especial atención al este de Washington y el trato que reciben los trabajadores agrícolas durante la pandemia.
“Crear este fondo de asistencia para trabajadores es lo mínimo que debemos hacer, pero no debe ser lo único”, concluyó Saldaña.
Este artículo se actualizó para corregir el papel de Paúl Quiñonez Figueroa como organizador de la Washington Dream Coalition.